miércoles, 16 de noviembre de 2016

RESEÑA DE "MI VIDA QUERIDA"


Alice Munro, la escritora canadiense premiada en 2013 con el Nobel de Literatura nos ha proporcionado una lectura para comenzar este nuevo curso: Mi vida querida,  publicada en 2012, un conjunto de relatos entre los que figuran los cuatro últimos, de carácter autobiográfico, y otros diez ambientados  en el pasado, algunos de ellos en las épocas inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial o a la Guerra de Vietnam, mostrando unos seres visiblemente fracturados.
 
  Con una gran capacidad de síntesis, Munro rehúye lo anecdótico y es capaz de contar argumentos novelísticos en el espacio y tiempo de cada cuento.

  Aunque la autora intenta desmarcarse de las historias que narra y a pesar del aparente distanciamiento con que trata hechos y personajes, pensamos que muchos de los relatos evocan detalles de su existencia como hija, madre y esposa. Describe hombres prisioneros de su rigidez emocional y mujeres infelices en su matrimonio, encerradas en una vida perfecta pero insatisfactoria que los hombres y la tradición han diseñado para ellas. Pero algunas, como ella misma, un buen día, deciden coger las riendas de su vida y darle un giro. Aunque parezca una huida o una locura inexplicable.

  Todas las historias muestran las siempre difíciles relaciones interpersonales, especialmente las de pareja. Son relatos muy duros, nada sentimentales, contados con un lenguaje sobrio, cortante a veces.  Los protagonistas, igual que en toda la obra de Munro, son gente corriente que se debate entre sus ilusiones y la realidad que las desarma, entre el dolor y las ganas de sobrevivir. Son personajes frágiles, atrapados por su imposibilidad de romper con el destino y descritos con una gran profundización psicológica.

  La grandeza de esas historias radica en que todo lector puede hacer suyo algo de lo que Munro nos cuenta, nos descubre o nos omite de su época, de su vida o de la vida de otros. Con gran humanidad.

  Y la naturaleza humana se reafirma al aceptar que el amor nos hunde y nos salva al mismo tiempo, al asumir que sufriremos y haremos sufrir inevitablemente. Y a pesar del sentimiento de culpa, perdonarnos por ello. Y así, seguir viviendo.

 
Carmen Truchado

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